La mano de Stalin sobre España
W. G. Krivitsky
Testimonio del ex-General del Ejército Rojo publicado
en castellano por Editorial Claridad, Buenos Aires, 1946
PRESENTACIÓN SOBRE KRIVITSKY
(Traducido del « The Saturday Post », Filadelfia,
U.S.A, Editorial Claridad, 1946)
El General Krivitsky, destacada personalidad superviviente
de la gran depuración efectuada en el Ejército Rojo, prestó sus servicios en el
Departamento del Military Intelligence soviético muy cerca de quince años,
hasta mayo de 1933. Iba con frecuencia al extranjero en misión confidencial de
la mayor importancia. Después fue nombrado Director del Instituto Soviético de
Industrias de Guerra, cargo que desempeñó durante 1933 y 1934. Al año siguiente
se le confió el de Jefe Military Service Intelligence para el oeste de Europa y
como tal estuvo encargado de las actividades soviéticas en el extranjero desde
1935 al 1937, llevadas a cabo en el mayor secreto. Krivitsky rompió sus
relaciones con Stalin a últimos de noviembre de 1937, después de los
fusilamientos al por mayor de los generales de más rango del Ejército Rojo, con
los que estuvo relacionado durante dieciocho años. Los agentes de la GPU en
Francia le hicieron objeto de dos atentados. Huyendo de la venganza de Stalin,
Krivitsky fue a los Estados Unidos en calidad de refugiado y decidido a dar fin a toda actividad política,
si bien continua siendo fiel creyente del verdadero comunismo de Lenin.
Krivitsky, el primer oficial del Ejército Rojo que
hace público su historial, posee las referencias de primera mano del tejemaneje
del gobierno soviético. Su trabajo constituye el informa de la intervención de
Stalin en España.
ANTECEDENTES
La historia de la intervención soviética en España es
todavía el mayor misterio de la gran tragedia española que toca ahora a su fin.
El mundo sabe que hubo intervención soviética en España, pero este simple hecho
es todo lo que se sabe. Ignora el por qué Stalin intervino en España, como
desarrolló alli sus actividades, quienes eran los hombres que detrás de la
escena estaban encargados de su realización y lo que obtuvo de su aventura en
España.
Ocurre, precisamente, que soy yo él único
superviviente en el extranjero del grupo de empleados y oficiales del ejército
soviético encargado personalmente de organizar la intervención soviética en
España y también yo el único libre en estos momentos de poder exponer este episodio
dramático e histórico contemporáneo digno de ser conocido. Como Jefe del Soviet
Military Intelligence de la Europa Occidental estaba en el intringulis de todas
las resoluciones de carácter internacional tomadas por el Kremlin. Tenia en mis
manos los principales resortes de la política extranjera de Stalin de la cual
formaba parte la cuestión española.
No fue por mera casualidad que la nave del Estado de
Stalin fuese a parar a los lejanos puertos españoles. Desde la subida de Hitler
al poder en 1933, la politica extranjera seguida por Stalin ha sido desastrosa,
motivada por el temor al aislamiento. Cogido entre la creciente amenaza
japonesa en el Este y la amenaza alemana en el Oeste, Stalin fue a la caza de
un aliado fuerte entre las grandes potencias del mundo. Todos sus esfuerzos
para llegar a un acuerdo con Hitler, eran estimulados unas veces y desairados
otras. Nuevamente trató de restablecer el antiguo tratado zarista con Francia,
pero no le fue posible obtener la estrecha alianza en la forma que él esperaba.
Sus intentos de darse la mano con Gran Bretaña tuvieron aún menos éxito. En
1935 Anthony Eden y el Presidente Laval habían hecho una visita oficial a
Moscú. El Comisario de Relaciones Exteriores Litvinof, había estado en
Washington, logrando el reconocimiento norteamericano y luego había jugado un
papel de primera magnitud en Ginebra. Consiguió un renombre mundial pero esto
es todo lo que obtuvo. Londres no quería entrar en compromisos formales y el
tratado con Francia era un sostén muy endeble en que apoyarse.
MOSCU Y MADRID
Stalin, en busca de seguridad y después de la
sublevación de Franco dirigió su mirada hacia España. Su actuación fue muy
lenta, como todas las suyas. Al principio adoptó una posición expectante y de
tanteo. Stalin quería estar seguro que la victoria de Franco no seria fácil ni
rápida.
Entonces, Stalin intervino en España con la idea de
hacer de Madrid un vasallo del Kremlin. Con un tal vasallo, obtendría, por un
lado estrechas relaciones con Paris y Londres y por el otro, reforzaría su
posición para un tratado con Berlín y Roma. Una vez dueño de España, posición
de vital y estratégica importancia para Francia y Gran Bretaña, su nave del
Estado encontraría la seguridad que deseaba y entonces vendría a ser una
potencia con la que habría que contar y un aliado codiciado.
Pero Stalin, al revés de Mussolini, quería jugar en
España sin arriesgar nada. La intervención soviética pudo, en ciertos momentos,
haber sido decisiva si Stalin hubiese arriesgado del lado gubernamental lo que
Mussolini hizo del lado de Franco. Pero Stalin no arriesgó nada. Hasta se
aseguró con anterioridad que había bastante oro en el Banco de España para
cubrir con creces el costo de su aventura material -a Madrid. Stalin procuró
siempre por todos los medios evitar que la Unión Soviética se viera envuelta en
una conflagración. Su intervención fue bajo la consigna de :
“Mantenerse fuera del alcance del fuego de la
artillería”. Esta consigna trazó nuestra
línea de conducta durante toda nuestra campaña de intervención.
El dia 19 de
Julio de 1936, en que el general Franco se sublevó contra el Gobierno de España,
me encontraba en la oficina central de La Haya (Holanda). Vivía allí con mi
esposa y mi hijo de corta edad, haciéndome pasar como anticuario austriaco. La
simulación de anticuario justificaba admirablemente mi lujosa residencia, los
fondos cuantiosos que me suministraban y mis frecuentes viales a distintos
puntos de Europa.
Casi todas mis energías las _había dedicado a
organizar una red de servicio policiaco secreto en Alemania. Los esfuerzos de
Stalin para conseguir mi acuerdo con Hitler fracasaban siempre. El tratado
Alemán-Italo-Japonés que entonces acababa de negociarse en Berlin, tenia al
Kremlin sumamente preocupado. Secretamente, yo estaba siguiendo de cerca las
negociaciones.
Al primer estruendo de los cañones del otro lado de
los Pirineos desplacé un agente a Hendaya en la frontera Franco-Española y otro
a Lisboa a fin de organizar cl servicio secreto de información en el territorio
de Franco.
Estas no eran para mi sino medidas rutinarias. No
había recibido instrucciones de Moscú referentes a España y no existía en ese
tiempo contacto entre mis agentes y el gobierno de Madrid. Como jefe
responsable del servicio secreto europeo del gobierno soviético, procuraba
simplemente obtener informes y comunicarlos a Moscú.
Mis agentes de Berlin, Roma, Hamburgo, Brennen,
Ginebra y Nápoles, me informaban escrupulosamente de la inmensa ayuda material
que Franco recibia de Italia y Alemania.
Todos esos informes los enviaba al Kremlin donde eran
recibidos con silencio. No obstante, no recibía instrucciones referentes a
España.
Solamente el Komintern - La Internacional Comunista
con ramificaciones en lodos los países del mundo - rompió el silencio de Moscú.
Desde hacia mucho tiempo, la oficina centrad del
Komintern había sido relegada a un humilde suburbio y sus manifiestos carecían
de toda influencia en nuestros consejos privados. El mismo Stalin había
calificado desdeñosamente al Komintern de « la vachka » - aglutinante - y éste
calificativo era el apodo que se le daba en las altas esferas soviéticas.
Desde la antorcha luminosa de la que tenia que prender
la revolución mundial, el Komintern había degenerado a poco menos que a un
simple accesorio de la política extranjera de Stalin. A propia conveniencia
podía emplear “la vachka“ para promover
en cualquier país una agitación interior en contra de un gobierno hostil, o
crear, ambiente sobre determinado problema internacional.
1935, puso en juego al Komintern para establecer la
nueva política del « Frente Popular ». En lodos los países democráticos los
afiliados disciplinados del Partido Comunista cesaron su oposición al
gobierno y en nombre de la « democracia
» juntaron sus fuerzas a las de otros partidos. La técnica consiste en elegir,
con la ayudo de unos incautos v otros varios crédulos, un gobierna nacional de
simpatía hacia la Unión Soviética. En Francia el Frente Popular eleva a Leon
Blum al poder, pero fue León Blum quien con la ayuda de Londres, creó la
política, de no-intervención en España.
Dimitrov, secretario general del Komintern en Moscú,
héroe del juicio sobre el incendio del Reichtag que se había infiltrado en el
régimen, lo cual motivó la creación del Nazismo en Alemania, era también
encargado del Partido Comunista Español, el cual después de cinco años de una
propaganda muy costosa y con toda clase de agitación revolucionaria solamente
había podido reunir 3.000 comunistas en España.
Las organizaciones obreras españolas al igual que
todos los partidos políticos más avanzados, se mantenían obstinadamente
anticomunistas. La República Española, después de cinco años de existencia, no
había reconocido aún al gobierno soviético ni tenia relaciones diplomáticas con
Moscú.
ORO CONVERTIDO EN HIERRO
Naturalmente, el Komintern emprendió una campaña
virulenta contra Franco organizando en todos los países grandes mitinees de
propaganda y recaudando fondos para Madrid. La Unión Soviética envió cientos de
comunistas extranjeros quienes
expulsados de sus respectivos países vivían en Rusia como refugiados.
Para algunos antiguos lideres del Komintern que
permanecían fieles al postulado de una revolución mundial, la lucha en España
significaba para ellos un rayo de esperanza, pero esos antiguos revolucionarios
supervivientes de la primera depuración sangrienta del proceso Kamenev-
Zinoviev eran unos cuantos timoratos. Toda su palabrería no produjo municiones
ni tanques ni aviones, ni ninguno de los elementos de guerra que Madrid pedía a
gritos y que las potencias fascistas suministraban a Franco.
Las confidencias obtenidas sobre la ayuda militar de
Italia y Alemania a Franco y las angustiosas demandas de los jefes
revolucionarios españoles en petición de ayuda al extranjero, no obtuvieron
respuesta alguna por parte del Kremlin. La guerra civil española se había
convertido en una enorme conflagración y aún así Stalin permanecía callado e
inmóvil.
Por toda Europa y América los comunistas y sus
simpatizantes se preguntaban el por qué la Unión Soviética no hacia nada para
ayudar a la defensa de la revolución española, mientras que ellos por si solos
levantaban la opinión pública y recababan donativos.
A pesar de que el gobierno de Madrid poseía reservas
en oro en el Banco de España por valor de 700.000.000 de dólares, los esfuerzos
de la República Española para comprar armamento de la casa Vickers de
Inglaterra, de la fábrica Skoda de Checoeslovaquia, de la de Scheneider de
Francia e inclusive de los productores más importantes de municiones de
Alemania, fracasaron debido a la no-intervención.
Esta era la situación internacional a la que mis
agentes secretos estaban ojo avizor y sobre la cual me enviaban informaciones
en profusión constante a La Haya, las que retransmitía urgentemente a Moscú. A
todo lo cual Stalin permanecía callado.
A fines de Agosto y con el permiso de Moscú tres altos
empleados de la República Española llegaban en secreto a Odesa para adquirir
material de guerra soviético ofreciendo a cambio sumas enormes de oro español.
En vez de permitírseles llegar a Moscú fueron retenidos calladamente en un
hotel de Odesa.
El jueves 28 de Agosto de 1936 Stalin firmó un decreto
por el cual el Comisario de Relaciones Exteriores prohibía « la exportación,
reexportación o tránsito a España de toda clase de armamentos, municiones,
material de guerra, aeroplanos y barcos de guerra ».
Este decreto fue publicado y emitido por radio para
conocimiento de todo el mundo, el próximo lunes. Este decreto oficial del
soviet estaba en armonía con la política de no-intervención de León Blum. Ello
levantó severas críticas por parte de todos los grupos del occidente europeo y
de América, donde el Komintern procuraba a toda prisa crear un ambiente de
simpatía en favor de la desesperada República Española.
Entre tanto, Stalin convocó al Politburó a sesión
extraordinaria.
El Buró político es la suprema autoridad del partido y
por lo tanto del gobierno soviético. Contra las decisiones del Politburó no hay
apelación posible. Tienen la fuerza de una orden militar dada sobre el campo de
batalla.
En esta sesión del Politburó Stalin se manifestó en
favor de una acción inmediata en España. En aquellos momentos, los primeros
días de Septiembre de 1936 había formado gobierno en Madrid el Frente Popular
Español. Con la intensa ayuda del Komintern, Largo Caballero había formado un
gobierno de coalición en el cual entraron dos miembros comunistas figurando él
como Presidente del Consejo y Ministro de la Guerra. Largo Caballero era uno de
los jefes socialistas. Al igual que León Blum era partidario de la cooperación
con el Soviet.
Stalin argüía que la vieja España había desaparecido y
que la nueva España no podía subsistir por si sola. O tendría que aliarse con
Italia y Alemania o bien con los contrarios de esas dos potencias. Stalin dijo
que ni Francia ni Inglaterra podrían permitir que España que domina la entrada
al Mediterráneo, fuera controlada por Roma y Berlín.
Para Paris y Londres, la amistad de España era asunto
de primordial importancia. Stalin era de opinión que él podría crear en España
un régimen controlado por Moscú. Con España en el bolsillo podría realizar una
alianza permanente con Francia e Inglaterra. Al mismo tiempo su intervención
haría avivar la fe de los partidarios del Soviet en el extranjero que habían
sufrido un rudo golpe con la depuración de la vieja guardia Bolchevique.
Con referencia a los 700.000.000 de dólares de oro
acumulados en España, el gobierno de Largo Caballero estaba dispuesto a
invertirlo en material de guerra. La cantidad de oro que podía transportarse a
Rusia en pago de las municiones entregadas a España constituía un problema a
estudiar sin demora por cuanto el gobierno soviético se había adherido
oficialmente a la política de estricta no-intervención.
El Politburó se pronunció a favor de una acción
inmediata. Stalin hizo hincapié a sus comisarios de que la ayuda a España por
parte del Soviet, debía llevarse con todo secreto con el fin de eliminar toda
posibilidad de que su gobierno se viera envuelto en un conflicto armado. Su última
frase que debían tener presente los reunidos por el Politburó y que se
retransmitió como una orden a todos los empleados fue : « Podalshe el
artilleiskavo ognia » Mantenerse fuera del alcance del...
Dos días después un enviado especial que vino a
Holanda en avión me trajo instrucciones de Moscú. Mis órdenes fueron: « Amplíe
inmediatamente sus actividades a la guerra civil española. Movilice todos los
agentes disponibles y dé todas las facilidades para la pronta creación de un
sistema de compra y transporte de armamento a España. Sale un agente especial
para Paris para ayudarle en este trabajo. Se presentará a Vd y trabajará bajo
su dirección. »
Al mismo tiempo, Stalin en Moscú daba instrucciones a
Yagoda, entonces jefe de la GPU, de establecer una ramificación de la policía
secreta soviética en España.
El 14 de Septiembre, Yagoda convoca una conferencia
urgente de la Lubianka en su oficina central de Moscú en la que estaban
presentes : el General Uritaky del Estado Mayor del Ejército Rojo; Frinovsky,
actual Comisario de Marina, en aquel entonces Jefe de las Fuerzas Militares de
la- GPU, pero considerado ya en el seno de los círculos soviéticos como uno de
los hombres de Stalin que más prometía; y mi camarada Sloulsky, jefe del departamento
extranjero de la GPU.
Supe por Sloulsky, con quien me encontraba con
frecuencia en Paris y otros puntos, que en dicha conferencia había sido
nombrado un antiguo oficial de su departamento para establecer la GPU en la
España republicana. Este era Nikilsky, alias Schewed, alias Lyova, alias Orlov.
La conferencia de la Lubienka puso también bajo el
control de la policía secreta soviética las actividades del Komintern en
España. Decidió coordinar o armonizar las actividades del Partido Comunista Español
con la política de la GPU.
Otras de las decisiones de esta conferencia fue que la
policía de la GPU se hiciese cargo del movimiento de voluntarios de cada país
hacia España. En el comité central de cada partido comunista del mundo hay un
miembro que desempeña una misión secreta de la GPU.
En muchos países, incluyendo los Estados Unidos, la
cruzada para salvar la revolución española se apreció como una noble expedición
internacional para rescatar la democracia y mantener la justicia en nombre de
la humanidad. Jóvenes de todo el mundo se alistaban voluntarios para luchar en
España por estos ideales. Pero la España Republicana que luchaba contra Franco,
no estaba de ningún modo unida en ideologías ni tácticas politices. Estaba
constituida por muchas fracciones demócratas, anarquistas, socialistas y
sindicalistas. Los comunistas lo eran en gran minoría. El éxito de Stalin en
asegurarse el control y hacer uso de él como arma para conseguir una alianza
Franco-Inglesa con el gobierno Soviético; dependía de que antes diera al traste
con la poderosa oposición anticomunista en el campo gubernamental. Era
primordial, por lo tanto, controlar el movimiento de estos voluntarios
idealistas extranjeros hacia España, para evitar que ellas se uniesen con los
elementos opuestos a la política y ambiciones de Stalin.
El principal problema de organizar los embarques de
armamento a España fue resuelto por la conferencia de la Lubianka con la
decisión de llevarla a efecto simultáneamente desde Rusia y desde el exterior.
La labor en el extranjero se me encargó a mi. La relativa al interior fue atendida
por Yagoda personalmente. La de éste presentaba mayores dificultades que la mía
porque era absolutamente necesario no dejar el menor rastro en territorio
soviético de la participación oficial del gobierno en el asunto.
ASTUCIA DIPLOMÁTICA
Yagoda, llamó al capitán Oulansky de la GPU
encargándole que organizase un sindicato privado de comerciantes de municiones
en la Unión Soviética. El capitán Oulansky era un hombre excepcionalmente hábil
en trabajos de servicios secretos. La GPU le había confiado inclusive el
servicio de escolta de Anthony Eden y del presidente Laval en su visita a la
Unión Soviética.
« Vd : encontrará en Odesa a tres españoles que desde
hace algún tiempo se les han enfriado los pies », dijo Yagoda al capitán
Oulansky. « Están aquí para comprar armamento nuestro extraoficialmente.
Constituya una firma de carácter privado y neutral para tratar con ellos. »
Puesto que en la Rusia Soviética nadie puede comprar
ni un simple revolver al gobierno, el cual es el único fabricante de armas, la
idea de una firma privada dedicada al negocio de municiones en territorio
soviético es tan absurda que ningún ciudadano soviético podría, por un momento
creer en ello. Pero esa farsa era un caso olvidado ante el extranjero en
previsión de sobrevenir alguna complicación internacional. En realidad, el
trabajo del capitán Oulansky era el de organizar y dirigir una cadena de
contrabandistas de armas y llevarlo a cabo de una manera tan inteligente que no
pudiera ser descubierto rastro alguno por agentes secretos extranjeros.
« Si tiene- éxito », - le dijo Yagoda, « vuelva con un
ojal en la solapa para colocarle la « Orden de la Bandera Roja ».
El capitán Oulansky salido para Odesa con
instrucciones de tratar solamente a base de pago al contado y con la
información de que los españoles facilitarían sus propios barcos para transportar
las municiones, las cuales naturalmente serian entregadas de los arsenales del
Ejército Rojo. Iba provisto con documentación en la que se le otorgaban plenos
poderes y por las que se ponían bajo su control todas las autoridades de Odesa,
desde el Jefe local de la policía secreta hasta el Presidente de la región.
LOS INTERMEDIARIOS DE MARTE
El general Urisky representaba la Intelligence Service
del Estado Mayor del Ejército Rojo en la conferencia de la Lubianka. Era
función propia de su departamento entender en la cuestión técnico-militar de
nuestra empresa. Fue su sección la que determinó las cantidades y clases de
tipo que los arsenales debían proveer, fijar el número y personal de los
expertos militares, pilotos, oficiales de artillería y tanques a enviar a
España. Concerniente a los asuntos de índole militar, estos hombres quedaron
bajo las ordenes_ del Estado Mayor del Ejército Rojo; de todos modos eran ,
vigilados por la policía secreta.
La intervención de Stalin en España estaba ya en
marcha : Yo me puse en acción como si estuviese en el frente en verdad, yo
había sido designado para activo servicio militar. Llamé a un agente importante
de Londres, a otro de Estocolmo, un tercero de Suiza y dispuse que nos encontráramos
en Paris para celebrar una conferencia en unión de un agente especial desplazado
de Moscú. Este agente llamado Zimin, era experto en municiones y miembro de la
sección militar de la GPU.
El 21 de Septiembre y con absoluto secreto nos
encontramos en Paris. Zimin, trajo instrucciones explícitas y concretas de que
nosotros debíamos evitar toda posibilidad de mezclar al gobierno soviético con
nuestro tráfico de armamento. Debiamos llevar el asunto de las municiones
“privadamente” por medio de firmas
comerciales creadas a este fin.
Nuestro primer paso fue estudiar la creación de una nueva
red europea de empresas comerciales aparentemente « privadas e
independientemente », aparte de las que ya teníamos, para dedicarse a la
importación y exportación de materiales de guerra, lo cual se trata de una
antigua profesión en Europa.
El éxito dependía de la selección de personal
apropiado. Contábamos ya con elementos de esta clase. Algunos de ellos
figuraban en las organizaciones aliadas con los distintos centros del Partido
Comunista en el extranjero, tales cono los amigos de la Unión Soviética y las
muchas Ligas para la Paz y la Democracia. La GPU y el Military Intelligence del
Ejército Rojo veían a ciertos miembros de estas sociedades como reservas de
guerra, y como auxiliares del sistema de defensa soviética. Nosotros podíamos
escoger hombres de los- ya suficientemente probados en trabajos extraoficiales
para la Unión Soviética. Unos cuantos eran aprovechados y arrivistas pero los
más eran sinceros idealistas. Todos ellos eran discretos, de confianza,
contaban con las relaciones indispensables y eran aptos para jugar un papel sin
delatarse así mismos en ninguna ocasión. Nosotros suministramos el capital,
montamos sus oficinas y garantizamos sus beneficios.
En el término de diez días se estableció una red de
firmas de importación y exportación de reciente constitución en Paris, Londres,
Copenhague, Amsterdam, Zurich, Varsovia, Praga, Bruselas y otras ciudades
europeas. En cada firma había un socio comanditario que era el agente de la
GPU, el cual suministraba el dinero -v controlaba todas las operaciones. En
caso de equivocarse pagaría su error con la vida. Mientras esas firmas
recorrían los mercados de Europa y América para encontrar material de guerra
disponible el problema del transporte preocupaba mi atención de manera urgente.
En Escandinavia, podían conseguirse barcos apropiados para este objeto a buen
precio. La dificultad consistía en conseguir permisos para el envío de
armamento a España. Esperábamos consignar los envíos a Francia y reembarcarlos
desde Francia para los puertos gubernamentales. Pero el Ministro de Relaciones
Exteriores de Francia se negó a conceder la documentación de despacho.
Pero había otra salida, la de proveerse de
documentación consular de otros gobiernos certificando que el armamento había
sido adquirido para importarlo a sus países,
De determinados consulados Latino-Americanos pudo
conseguirse un sinnúmero de certificados de importación y, de vez en cuando,
tuvimos la suerte de obtener otros similares de consulados europeos y
asiáticos.
Con tales certificados obtuvimos el despacho de
aduanas. Los barcos continuaron, no para Suramérica o China, sino para los
puertos de la España gubernamental.
Hicimos grandes compras a las fábricas Skoda de
Checoeslovaquia, a varias firmas de Francia y a otras de Polonia y Holanda. Tal
está- el comercio de municiones, que llegamos a comprar armamento de la
Alemania Nazi. Envié un agente que representaba a una firma nuestra de Holanda
a Hamburgo, donde averiguamos que había en venta una cantidad de fusiles y
ametralladoras anticuadas. El director de la firma alemana solamente se
interesaba por el precio, las referencias bancarias y la documentación legal
del embarque.
CAMOUFLAGE MARITIMO
No todos los materiales que compramos eran de primera
clase, ya que en Europa, y sobre todo en la actualidad, el armamento se vuelve
anticuado muy rápidamente. Pero nuestro objeto era el de suministrar al
gobierno de Largo Caballero fusiles y cañones que disparasen y el suministrarlos
sin demora. La situación de Madrid se agravaba
A mediados de Octubre empezaron a llegar cargamentos
de armas a la España gubernamental. La ayuda soviética se realizó de dos
maneras. Mi organización empleaba únicamente vapores extranjeros la mayoría de
los cuales arbolaban bandera escandinava. « El Sindicato privado de Odesa » del
capitán Oulansky empezó utilizando barcos españoles si bien en número limitado.
Moscú debido a la insistencia de Stalin de guardar absoluto secreto ante el
miedo de verse envuelto en una guerra no permitió autorizar barcos soviéticos
provistos de documentación soviética, especialmente después que los submarinos
y auxiliares empezaron a atacar y apresar buques mercantes en el Mediterráneo
con destino a las costas españolas.
Sin embargo, el capitán Oulansky era hombre de
recursos. Llamó a Mueller, jefe de la Sección de Transportes de la GPU para que
le suministrara documentación de despacho falsa y extranjera. El departamento
de Mueller había llevado el arte de la falsificación a una perfección inimaginable debido a los inagotables
recursos del gobierno.
« Ah, se trata nada menos que de un nuevo campo de
operaciones : forjar documentación de embarque » - me declaró Mueller en Moscú
cuando algunos meses después le jaleé por haber recibido la condecoración de La
Estrella Roja. » ¿ Pensaba Vd que era cosa fácil ? » - Preguntó. Hemos
trabajado dia y noche. »
Con esas documentaciones falsas, los barcos soviéticos
que llevaban materiales de guerra partían de Odesa bajo nuevos nombres y
bandera extranjera y conseguían pasar el Bósforo, donde agentes de contraespionaje
alemán e italiano guardaban una vigilancia contumaz. Cuando los Transportes
llegaban fácilmente a los puertos gubernamentales y habían descargado sus
cargamentos. sus nombres se sustituían por sus primitivos nombres rusos y
volvían a Odesa bajo su propia bandera.
Madrid pedía desesperadamente aeroplanos. Moscú se
hizo eco de ello dándome órdenes. Franco avanzaba sobre la capital; sus
escuadrillas de aviación italiana y alemana eran las dueñas del aire. Nuestros
aviadores y mecánicos iban llegando a Madrid, pero los aeroplanos gubernamentales
eran pocos e inferiores. Tuve que buscar en cualquier punto de Europa una
partida de aeroplanos de bombardeo y de caza que pudiera adquirirse
rápidamente. Naturalmente, ninguna firma privada puede suministrar a rajatabla
una considerable cantidad de aviones de guerra. Esto puede solamente hacerlo un
gobierno.
Con los rápidos adelantos de la aviación, era
razonable suponer que un gobierno amigo consentiría la venta de sus aparatos de
aviación en uso, lo que le permite modernizar su fuerza aérea. A tal efecto me decidí a
visitar a un gobierno de tal naturaleza en el este de Europa el cual poseía
alrededor de 50 aviones de combate de modelo antiguo fabricados en Francia.
Naturalmente, para esa empresa se necesitaba un agente excepcional. Tenía para
ello el hombre apropiado. Era de sangre azul, hijo de una antigua familia
aristocrática europea, estaba relacionado con lo mejor y tenia inmejorables
referencias bancarias. Ambos, él y su esposa eran amigos incondicionales de la
Unión Soviética y entusiastas colaboradores de la causa gubernamental española.
Nos había prestado algunos servicios y sabía que podía contar con él.
Le pedí que me viniera a ver a Holanda y le expuse la
situación. Al día siguiente se trasladó a la capital del este europeo. Aquella
noche llamó por teléfono a mi agente de Paris, quien a su vez llamó a La Haya y
dispuso que yo por la mañana del día siguiente esperase una llamada directa en
lugar y hora determinado. Cuando mi aristócrata me llamó, me dió en cuidadoso
lenguaje de clave un informe de su deplorable gestión.
Obtuvo una
recomendación para el Ministro de la
Guerra. Al presentar al Ministro su tarjeta, que llevaba el nombre de uno de
los más grandes héroes del mundo, le expuso lisa y llanamente su misión. « He
venido aquí a comprar una cantidad de aviones de guerra a su gobierno. Desearía
saber si su excelencia permitiría su venta. Necesitamos comprar cincuenta
aviones por lo menos al precio que su excelencia indique. »
El Ministro de la Guerra se levantó de su asiento. Se
volvió pálido. Miró nuevamente la tarjeta del visitante. Examinó la carta de
recomendación y volviéndose hacia mi agente le dijo secamente : « Le ruego
salga inmediatamente de mi oficina. »
Mi agente se levantó para marcharse pero no podía
resignarse al fracaso de su gestión sin hacer otro esfuerzo añadiendo : «
Perdóneme su excelencia. Permítame añadir una palabra. No hay nada misterioso
en mi misión. Se trata de ayudar al
gobierno español. He venido aquí como representante de distintos grupos de mi
país que creen que nosotros debemos por humanidad proteger a la República
Española. Creemos que su país tiene manifiesto interés en mantener las
potencias fascistas fuera del Mediterráneo, privando al efecto lo que pueda Italia dominarlo. »
« Soy el ministro de la guerra; no un comerciante.”
El ministro terminó fríamente : « Buenos
días, señor. »
« Lo veo mal; mal del todo », me dijo mi agente por
teléfono.
« Abandónelo como si se tratase de un mal negocio y a
otra cosa », le dije,
« le encontraré en el aeropuerto ».
« Aún no - me dijo - . No estoy dispuesto a
abandonarlo todavía. » Tres días después fui informado de que volvía a La Haya
en avión. Cuando salió de la cabina, vi que llevaba la cabeza vendada. Le vi
agotado y le llevé rápidamente a mi coche.
Tan pronto estuvimos en él me dijo que había tenido
éxito; había comprado los cincuenta aviones. Me explicó « Al dia siguiente de
llamar a Vd, me pasaron en mi hotel una tarjeta de un caballero que
representaba el mejor Banco del país. Le invité a que entrase. No hizo
referencia alguna a mi visita al
ministro de la guerra, pero si dijo que él pensaba que yo deseaba comprar
aviones de guerra. De estar yo dispuesto a realizar la operación podríamos
discutir el asunto en su despacho. »
ZIG-ZAG EN EL MEDITERRANEO
Mi agente compró los cincuenta aviones al gobierno por
20.000 dólares cada uno previa inspección. Con respecto al consignatario,
ofreció escoger entre un país Latino-Americano o Chino; el vendedor prefirió
China. « Le aseguré que la documentación escaria en regla y a favor- del
gobierno chino. »
« Pero como se
hizo vd. eso » ? le pregunté señalando
la venda que llevaba puesta en la frente.
« Oh, fue un fuerte trompazo que me di al montar en
este maldito avión » - contestó riéndole.
Inmediatamente tuvieron que hacerse diligencias para
examinar y tasar los aviones. Fui a Paris y contraté para este objeto a un
francés experto en aviación y a dos ingenieros como ayudantes. Todos partieron
para la capital del este europeo y dictaminaron favorablemente. Ordené que
desmontaran_ los aviones y que los embalaran con la mayor rapidez.
Por todo el mundo se extendía un clamor de fuerte angustia por el bombardeo sin
piedad del indefenso Madrid. Mi organización obró milagros en el rápido
transporte de los cincuenta aviones de caza y bombardeo. A mediados de Octubre
se cargaron en un barco noruego.
Entonces recibí instrucciones concretas de Moscú de no
permitir que el barco dejase su cargamento en Barcelona. Bajo ninguna
circunstancia estos -aviones debían pasar por Cataluña que tenia su propio
gobierno dentro de España y era , muy parecido al de un Estado independiente. El gobierno de Cataluña
estaba dominado por revolucionarios de convicciones anti-stalinistas. Moscú no
tenia confianza con ellos aunque defendían desesperadamente uno de los sectores
más vitales del frente gubernamental contra terribles ataques del ejército de
Franco.
Se me ordenó que enviase los aviones al puerto de
Alicante. Pero aquel puerto estaba bloqueado por los barcos de guerra de
Franco. El capitán hizo ruta para Alicante pero tuvo que retroceder con el fin
de salvar el vapor. Intentó dirigirse a Barcelona, lo que impidió mi agente de
abordo. Entre tanto, la España gubernamental Luchaba desesperadamente a la vez
que carecía desgraciadamente de aviones. Mi agente de abordo permitió que
hiciera rumbo a Marsella.
Este desarrollo fantástico era parte de la batalla
feroz pero callada que hacia -Stalin para conseguir el control completo del gobierno legal, una batalla que se libraba entre los
bastidores del teatro de la guerra. Si Stalin quería hacer de España un peón de
su juego de ajedrez para conseguir una sólida alianza con Francia y Gran
Bretaña debía reducir a todo lo que fuera oposición en la República Española.
La fuerza principal de esta oposición estaba en
Cataluña. Stalin estaba decidido a sostener con armamentos y hombres
solo aquellos grupos de España que
estuviesen dispuestos a aceptar su dirección sin reservas de ninguna clase.
Estaba resuelto a no dejar que los catalanes pusieran mano a nuestros aviones
con los cuales hubieran podido conseguir una victoria militar que hubiera
aumentado su prestigio y fuerza política en las filas republicanas.
Durante esos días,
mientras con una mano privaba a Barcelona de ayuda militar con otra dirigía
su primer mensaje abierto a José Díaz, jefe del Partido Comunista de España. El
16 de octubre Stalin telegrafió a Díaz : « Los obreros de la Unión Soviética
solo cumplen con su deber cuando toda la ayuda de su fuerza sirve a las masas
revolucionarias de España. La lucha española -
continuaba Stalin - no es un asunto privado de los españoles, es causa
común de la humanidad avanzada y progresista. » Naturalmente, este mensaje fue
enviado con vistas a los afiliados al Komintern y al Soviet por todo el mundo.
El barco noruego se deslizó finalmente por entre el
bloqueo de Franco y descargó sus aviones en Alicante. Al mismo tiempo llegaban
de la Unión Soviética otros suministros de guerra incluyendo tanques y
artillería. Toda la España gubernamental vió que era de la Rusia Soviética de
donde venia actualmente la ayuda. Los republicanos, socialistas, anarquistas y
sindicalistas no tenían otra cosa a ofrecer que teorías e ideales. Los comunistas
producían camiones y aviones a emplear contra Franco. El prestigio del Soviet
aumentaba. Los comunistas - satisfechos de esta oportunidad - sacaron de ella
el mejor partido posible.
LA BRIGADA INTERNACIONAL
El 28 de octubre de 1936, Largo Caballero lanzó - como
ministro de la guerra - una proclamación a la República Española. Era una
llamada a la victoria: « Por fin en este momento tenemos en nuestras manos un
armamento formidable; tenemos tanques y una poderosa aviación.
Largo Caballero, que había abierto las puertas de par
en par a los mensajes de Stalin, ignoraba de que suerte y calibre era la mano
que llegaba en socorro de España Republicana. No se daba cuenta de que esta
ayuda seria la causa de su propia caída.
El movimiento de suministros de guerra hacia España
iba al unísono con el movimiento mundial de hombres hacia Madrid. Voluntarios
de las Islas Británicas, de los Estados Unidos, del Canadá, de América Latina,
de Escandinavia y de los Balcanes; de toda Europa, hasta de la Alemania Nazi y
Italia fascista; de Australia y de las Filipinas, estaban ansiosos por luchar
por la causa gubernamental. La famosa Brigada Internacional estaba en vías de
formación.
En estos momentos, si Stalin quería controlar
España la que empezaba ya a sostener con
armamento, era necesidad imperiosa organizar y dirigir estas cruzadas venidas
de lejos en grandes oleadas y amalgamarlas en una fuerza común. El gobierno de
Frente Popular de Largo Caballero era una coalición de partidos políticos
antagonistas entre si. El reducido duro y disciplinado grupo de comunistas
mandado por la GPU sostenían el gobierno de Largo Caballero pero no lo
controlaban. Para Moscú era importante coger las riendas de la Brigada
Internacional.
El núcleo central de la Brigada Internacional la
formaban de quinientos a seiscientos comunistas extranjeros. Entre ellos no
había un solo ruso. Más tarde, cuando la Brigada se elevó a quince mil
combatientes no se permitió enrolar a ningún ruso. Intencionalmente se levantó
un muro impenetrable entre dichas fuerzas y las unidades del Ejército Rojo que
habían sido desplazadas a España para otros servicios. En cada país, incluyendo
los Estados Unidos, las agencias de reclutamiento para la Brigada internacional
estaban formadas por el Partido Comunista de cada localidad. Algunos grupos
independientes de socialistas y otros grupos avanzados intentaron organizar
columnas, pero la mayoría abrumadora de reclutas los alistaban los comunistas,
que los atraían por medio de una amplia red y frecuentemente ignoraban en
absoluto el control que ejercían los « fellow travelers » (compañeros viajeros)
sobre ellos.
En cada centro comunista importante del mundo la GPU
había desplazado un agregado militar. Este agente y nadie más que él, es enlace
de unión entre el partido comunista y el Military Intelligence del gobierno
soviético.
EL TRAFICO DE PASAPORTES
Al ofrecerse un voluntario, se le dirigía a una
oficina secreta de alistamiento. Llenaba un cuestionario y se le decía que
esperase aviso. La GPU estudiaba su historial político y si parecía aceptable
se le volvía a llamar y a interrogar por un agente de la GPU. Entonces se le
enviaba a un médico comunista, a ser posible, para su examen físico. Si este
era satisfactorio, se le suministraba con los medios de desplazamiento y con
instrucciones de presentarse en Europa a determinada dirección. Allí
improvisamos un número de controles secretos, donde nuestros agentes hacían una
nueva y definitiva investigación de cada solicitante. En España mi departamento
traspasó esa responsabilidad a la GPU que destacó delatores entre los
voluntarios para limpiar a los sospechosos de espionaje, eliminar aquellos
otros cuyas ideas comunistas no eran de pura ortodoxia y vigilar sus lecturas y
conversaciones.
-Cuando los voluntarios llegaban a España se les
quitaba su pasaporte que se les devolvía raramente. Incluso cuando se
licenciaba a alguno, se le decía que su pasaporte se había extraviado. Solo de
los Estados Unidos llegaron unos dos mil voluntarios siendo de notar que los
auténticos pasaportes norteamericanos eran muy apreciados por la oficina
central de la GPU en Moscú. Casi todas las valijas diplomáticas que llegaban a
la Lubianka, procedentes de España contenían una remesa de pasaportes
pertenecientes a individuos de la Brigada Internacional.
Algunas veces, durante mi estancia en Moscú en la
primavera de 1937, vi el contenido de ese correo en las oficinas de la sección
extranjera de la GPU. Un día llegó una
remesa de cerca de cien pasaportes, la mitad de ellos eran americanos.
Habían pertenecido a soldados muertos. Una adquisición tan importante daba
motivo para su celebración. Los pasaportes de los caídos son fácilmente
adaptados a otros individuos, agentes de la GPU después de haber investigado
durante algunas semanas el historial familiar de los primitivos propietarios.
Mientras la Brigada Internacional - ejército del
Komintern - se formaba a toda prisa en el frente, las unidades puramente rusas
del Ejército Rojo llegaban calladamente y tomaban posiciones en la retaguardia
del frente. Esta fuerza militar
soviética en España no pasó de los dos mil hombres, de los cuales solo los
pilotos y oficiales de tanques vieron activo servicio. La mayoría de los rusos
eran técnicos, hombres de estado mayor, instructores militares, ingenieros,
especialistas en montaje de industrias de guerra, expertos en química de
guerra, mecánicos de aviación, operadores de radio y expertos artilleros. A
estos hombres del Ejército Rejo se les apartó de la gente civil española tanto
como fue posible, se les acomodó en viviendas aparte y nunca se les permitió
mezclarse en ninguna forma con los grupos o figuras de relieve político. Se les
vigilaba constantemente por la GPU a fin de guardar en secreto su presencia en
España y evitar que cualquier herejía política corrompiese al Ejército Rojo.
Esta fuerza expedicionaria estaba bajo el control
personal del general Ian Berzin, una de las dos figuras soviéticas nombradas
por Stalin para conducir su intervención en España.
El otro era Arturo Stashevskv, enviado comercial
soviético con carácter oficial y residencia en Barcelona. Estos eran los
verdaderos hombres misteriosos de Moscú que funcionaban entre los bastidores
del teatro de la guerra española, cuya misión permaneció completamente a la
sombra mientras se hacían dueños de todos los controles del gobierno
republicano.
El general Berzin había servido durante quince años
como jefe del Military Intelligence del Ejército Rojo. Nativo de Latvia,
dirigió a la edad de dieciséis años una banda de guerrilleros durante la lucha
revolucionaria contra el Zar. Fue herido, hecho prisionero y condenado a muerte
en 1906, sin embargo, el gobierno zarista conmutó dicha sentencia por la de
cadena perpetua a Siberia, debido a su juventud. Escapó y hacía ocultamente la
vida de revolucionario cuando el Zar fue derribado. Berzin se incorporó al
Ejército Rojo bajo el mando de Trotsky, escalando una de las posiciones más
elevadas del alto mando. De gran estatura, canoso, de pocas palabras, el astuto
Berzin fue seleccionado por Stalin para organizar y dirigir el ejército
gubernamental. El jefe comisario político de Stalin en España era Arturo
Stashevsky. Era de origen polaco. Bajo,
pagado de si mismo, parecía un hombre de negocios. Oficialmente, era el
enviado comercial soviético en Barcelona. Stashevsky había servido también en
el Ejército Rojo. Stalin le designó para el trabajo de llevar las riendas de la
política y economía de la España gubernamental.
LAS INVENCIONES DE LA GPU
Mientras Berzin y Stashevsky operaban entre bastidores
la Brigada Internacional absorbía la mayor atención de la espectacular campaña
gubernamental. Para los corresponsales de guerra extranjeros que se hallaban en
el frente, Emilio Kleber una de las figuras más dramáticas de la
heroica defensa de Madrid.
A Kleber se le presentó mundialmente en interviews y
reseñas como el hombre fuerte « providencial » a quien el destino ha reservado
un papel de suma importancia en la historia de España y del mundo. Su aspecto
físico dió color a las leyendas creadas en torno a su figura. Era alto y de
facciones rudas, impresionante pelo canoso que desmentía sus cuarenta y un
años. A Kleber se le introdujo mundialmente como a soldado afortunado,
naturalizado canadiense, nativo de Austria y que como prisionero de guerra
austriaco en Rusia, se había incorporado a la Guardia Blanca en sus luchas
contra los Bolcheviques para convertirse más tarde al comunismo. Esta
descripción de Kleber fue compuesta en las oficinas centrales de la GPU en
Moscú, las cuales facilitaron a Kleber su falso pasaporte canadiense. Kleber
tuvo que moverse al dictado de la GPU. Sus interviews se las hacían los agentes
del Kremlin. Yo conocía a Kleber, a su esposa e hijos, así como a su hermano,
desde hacia muchos años.
El verdadero nombre de Kleber era el de Stern. Era
nativo de Bokavina, entonces perteneciente a Austria y actualmente a Rumania.
Fue oficial durante la guerra mundial, se le hizo prisionero por las fuerzas
del Zar y se le envió a un campo de concentración de Krasnoyersk en la Siberia.
Después de la revolución soviética se incorporó al partido bolchevique y al
Ejército Rojo, luchando al lado del Soviet a través de la guerra civil rusa.
Luego estudió en la academia militar Frunzen del Ejército Bojo, de la que se
graduó en 1924. Durante algún tiempo trabajamos juntos en el Intelligence
Departament del Estado Mayor. En 1927, Kleber fue destinado a la sección
militar del Komintern, actuando en calidad de instructor en sus escuelas
militares. Fue enviado por el Komintern a China en misiones confidenciales.
ESPIONAJE EN ESPANA
Kleber no había estado nunca en el Canadá ni
relacionado con la guardia blanca. Esta pequeña patraña sirvió para ocultar el
hecho de haber sido oficial del Estado Mayor del Ejército Rojo. Ello hacia más
plausible su papel de jefe de la Brigada Internacional. En realidad y no
obstante la parte dramática que se le designó, no tenia fuerza alguna dentro de
la política soviética.
En noviembre de 1936 el citado general del Komintern
fue nombrado jefe supremo de las tropas gubernamentales en el sector norte del
frente de Madrid. Yo salí de Marsella en avión hacia Barcelona. Un coche me
llevó a un hotel de la parte vieja de la ciudad que hacia las veces de oficina
central del Soviet en Barcelona. No se permitía estar en dicho hotel a ningún
huésped extraño. Allí encontré a Stashevsky, nuestro enviado comercial y a su
plana mayor y allí residía y trabajaba la plana mayor de nuestra Intelligence
Service en Cataluña bajo la inspección del general Akulov.
- Fui a Barcelona para poner a mis agentes de la zona
de Franco bajo las ordenes del Estado Mayor que estaba encargado de las
operaciones militares que el general Berzin- dirigía secretamente, pues pensé
que la información que se recibía de la zona rebelde seria más útil tenerla en
Madrid y Barcelona que en Moscú, que es a donde iba a parar.
El general Akulov había organizado eficazmente
nuestro Servicio Secreto de Espionaje en
el campo enemigo. Nuestros operadores de radio trabajaban sin interrupción y
diariamente se transmitía valiosa información del lado de Franco por medio de
aparatos de radio portátiles.
Mis primeras preguntas fueron naturalmente acerca de
las posibilidades de una victoria militar. Su contestación fue la siguiente : “
Aquí las cosas están en un desorden horrible. Nuestro único consuelo es que las
del otro lado están en un desorden peor. “
El general Berzin trabajaba infatigablemente para
formar un ejército de los milicianos indisciplinados y de sus unidades sin
conexión a la vez que presionaba a Largo Caballero para la movilización
general.
Berzin reunió a un grupo de oficiales del Estado Mayor
ruso, para hacer de ellos la piedra angular del mando militar gubernamental.
Tomó una parte principalísima en la organización de la defensa de Madrid
durante los días angustiosos de noviembre y diciembre. Tanto había disfrazado
Berzin su identidad que su persona era solamente conocida en España por media
docena de altos personajes del régimen.
Berzin insistía en el nombramiento de un Jefe militar
supremo. El gobierno republicano, sostenido por partidos y fracciones celosas
unas de otras, se resistía a establecer autoridad de tal naturaleza. Berzin
encontró en el General Miaja a un candidato apropósito buen soldado y sin
ambiciones políticas, y en pocas semanas - noviembre de 1936 - consiguió el
nombramiento en favor de Miaja, el cual se ha mantenido en el mando supremo
desde entonces hasta el fin.
Entre tanto, Arturo Stashevsky desplegaba todos sus
esfuerzos para asegurar el control de las finanzas de la República en manos del
Soviet, sentando la teoria de que la fuerza política dimana de una base
económica. Quería a España y a los españoles. Estaba encariñado con su cargo
porque creia revivir sus experiencias de la revolución rusa de hacia veinte
años.
Descubrió en Juan Negrín, Ministro de Hacienda del
gobierno de Madrid, un colaborador que se prestaba con voluntad a sus planes
financieros. Madrid se vió en la casi imposibilidad de comprar armamento
libremente en el mercado mundial, ni importa en que país fuese. La República
Española había depositado en los Bancos de Paris una cantidad considerable de
sus reservas oro, en espera de importar materiales de guerra de Francia. Pero
surgió una dificultad insuperable; los bancos franceses se negaron a
desprenderse del oro que era parte del Tesoro Nacional, porque Franco amenazaba
con proceder contra ellos en el caso de una victoria. Tales reclamaciones
tenían al Kremlin sin cuidado. Stashevsky ofreció enviar el oro español a la
Rusia Soviética y a cambio del mismo, suministrar armamento y municiones a
Madrid. Por mediación de Negrín hizo el convenio con el gobierno de Largo
Caballero.
EL HOMBRE MAS RICO DEL MUNDO
Sea como fuere, en el extranjero se corrió rumor de la
existencia de ese convenio. La prensa extranjera acusó a Largo Caballero de
haber hipotecado parte de la reserva de oro nacional a cuenta de la ayuda
soviética. El- 3 de diciembre, mientras se preparaba el transporte del oro,
Moscú desmentía oficialmente que un convenio tal se hubiese consumado, de la
misma manera que se desmentía constantemente todas las noticias concernientes a
la intervención soviética en España. Entre nosotros y de una manera intima
llamábamos irónicamente a Stashevsky « el hombre más rico del mundo » debido al
control que ejercía sobre la tesorería española.
Durante mis conversaciones con Stashevsky en el mes de
noviembre en Barcelona empezaban ya a vislumbrarse los próximos pasos de
Stalin. El no me ocultó el hecho de que Juan Negrín seria el próximo Presidente
del Consejo de Ministros. En aquel entonces todo el mundo consideraba a Largo
Caballero como favorito del Kremlin. Pero Stashevsky había ya escogido a Negrín
como sucesor.
Largo Caballero era radical de pura cepa, hombre de
ideas revolucionarias. Además, no favorecía la actuación de la GPU, la cual bajo Orlov, empezaba a
efectúa en España la acción depuradora
de todos los disidentes independientes y antistalinistas, los cuales el
partido agrupaba bajo la denominación de
trostkistas.
Por otra parte, el doctor Negrín tenía todas las
características propias de un político. Aunque profesor, era hombre de negocios
con aspecto de comerciante. Era exactamente el tipo que se ajustaba a la
político de Stalin acerca del Frente Popular. Al igual que el general Miaja,
Negrín haría una buena impresión a Londres, Paris v Ginebra. En el extranjero personificaría la « cordura » v
la « propiedad » de la causa
republicana española; él no
atemorizaba a nadie con arengas
revolucionarias. Su esposa era rusa. Como hombre práctico, el Doctor
Negrín deseaba la depuración de los “incontrolables” y “alborotadores”, a nombre de quien fuese aunque éste fuera Stalin.
Además, el Dr. Negrín vio que la única salvación de su país estaba en la más estrecha cooperación con la Unión Soviética.
No estaba interesado en reforma política alguna pero si en la victoria de su
gobierno. Como se había puesto en evidencia, la ayuda práctica sólo podía venir
de la Rusia Soviética y estaba dispuesto a sacrificar toda clase de
consideraciones para la obtención de dicha ayuda.
Todo ello se discutió durante mi estancia en
Barcelona; seis meses antes de la caída de Largo Caballero. Stashevsky le tomó
todo ese tiempo en llevarlo a cabo pero al fin lo consiguió con la ayuda de un
complot tramado por la GPU en Barcelona. Marcelo Rosemberg, embajador ruso
acreditado en España, era el que se mostraba en público y -le hablaba, pero el
Kremlin nunca consideró importante su representación. Callada y prácticamente
Stashevsky hacía el trabajo de Stalin.
EL REINADO DEL TERROR
Mi camarada Sloutski, jefe del departamento extranjero
de la GPU, recibió órdenes especiales de Moscú de montar un sistema de policía
secreto a hechura del de Rusia. Sloutski llegó un día o dos después de mi
salida. En aquel entonces la GPU florecía en todo el territorio gubernamental y
se concentraba en Cataluña donde los grupos independientes eran fortísimos y
donde los verdaderos trotskistas tenían el cuartel general de su partido.
La organización de Orlov sirvió a Sloutski de núcleo
central. Con la ayuda de expertos llegados de Moscú y de comunistas españoles
escogidos, montó en España el sistema completo de la GPU.
“ Allá disponen de buen material” - me dijo, cuando una semana más tarde
regresó a Paris, - « pero carecen de experiencia. No podemos permitir que
España se convierta en refugio accesible a todos los elementos antisoviéticos
que han acudido de todo el mundo. Después de todo, ahora España es nuestra y
forma parte del Frente Soviético. Debemos asegurarla para nosotros. ¿Se sabe,
acaso, cuantos espías hay entre esos voluntarios ? en cuanto a los anarquistas
y trotskistas, a pesar de ser soldados antifascistas, son enemigos nuestros.
Son contrarrevolucionarios y debemos extirparlos de raíz. »
Sloutski había hecho un valioso trabajo. En diciembre
de 1936, el terror se enseñoreaba de Madrid, Barcelona y Valencia. La GPU había
establecido sus prisiones especiales propias. Tenían tribunales y patrullas de
control propias. Los que los formaban llevaban a cabo asesinatos y detenciones.
Llenaban calabozos ocultos y hacían razias a toda prisa. Naturalmente, funcionaban
independientemente del gobierno legal. El ministro de justicia no tenia
autoridad sobre la GPU. Esta era un imperio dentro de un imperio; era una fuerza
ante la cual llegaban a temblar alguna de las más altas figuras del gobierno de
Largo Caballero. La Unión Soviética parecía haber cercado la España
gubernamental como si se tratara ya de una posesión soviética.
El 16 de diciembre, Largo Caballero hizo una vibrante
alocución desafiando a Franco : « Madrid no caerá. Ahora va a empezar la guerra
porque ahora tenemos los materiales de guerra necesarios. »
Al dia siguiente, el periódico Pravda, portavoz
oficial de Stalin en Moscú, hacia explicita declaración de que la depuración en
Cataluña, que había ya empezado, « se llevaría a cabo con la misma energía que
lo había sido en la Unión Soviética ».
La heroica y desesperada defensa de Madrid había
llegado a su punto culminante. Las escuadrillas de la aviación de Franco
destruían la capital, sus tropas estaban casi en los suburbios. Pero los
gubernamentales tenían ya bombarderos y pilotos, tanques y artillería. Nuestra
ayuda militar llegó a tiempo de salvar Madrid cuando casi todo estaba ya en las
garras de Franco. El general Berzin y su Estado Mayor dirigían calladamente la
lucha en la cual el general Miaja aparecía como General en Jefe, mientras que
Kleber, general del Comitern la dramatizaba ante el mundo.
Las brillantes hazañas de la Brigada Internacional y
la ayuda material recibida de la Union Soviética, favoreció el crecimiento del
Partido Comunista en España de tal manera que, en enero del 1937, el número de
sus afiliados excedió de 500.000.
El haberse salvado Madrid elevó el prestigio soviético
enormemente. Al mismo tiempo, ello determinaba el fin de la primera parte de la
intervención de Stalin en la guerra civil de España. El problema de stalinizar
España se veía favorecido de una manera resuelta. De ello se encargaba la GPU.
El Comitern había sido relegado a segundo término.
El 4 de febrero de 1937, el general Kleber fue
destituido del mando de la Brigada Internacional. Se anunció que el general del
Komintern había pasado a Málaga a organizar la defensa gubernamental. Nunca más
se supo de él.
Algunas semanas después, encontrándome en Moscú, me
enteré que la desaparición de Kleber estaba relacionada con la depuración del
Ejército Rojo y los numerosos arrestos de la oficialidad de la plana mayor con
que estaba relacionado. Muchos de sus mejores camaradas acusados de
conspiración eran fusilados por los pelotones de ejecución de Stalin. Me
apresuré a visitar al hermano de Kleber que había sido llamado a regresar del
extranjero en el mes de Abril. El también dos días después fue arrestado por la
GPU.
LOS GUBERNAMENTALES SE ENTERAN DE LA GPU
La desaparición del general del Comitern durante la
gran depuración significaba simplemente que él era de los que ya no eran útiles
a Stalin. Estaba, además, demasiado enterado.
Stalin decidió que el Comitern había ya hecho su
trabajo en España. Para ese tiempo, Berzin y Stashevsky tenían bien dominado al
gobierno Español. La desaparición sin el menor rastro del general Kleber de los
escenarios del Soviet y Comitern no dió lugar a comentarios por parte de los que
cantaron sus proezas en el mundo.
El éxito de la defensa de Madrid con armamento
soviético, dejó nueva ocasión a la GPU de extender su poder. Se arrestó a
miles, incluyendo a muchos voluntarios extranjeros que habían venido a luchar
contra Franco. Cualquier critica sobre métodos, cualquier opinión contraria o
desagradable para la dictadura de Stalin en la Rusia Soviética, toda relación
con hombres de heréticas creencias políticas era considerada traición. La GPU
empleaba todos los procedimientos sumadísimos.
Ignoro el número de antistalinistas fusilados en la
España gubernamental. Podría describir un sinnúmero de casos pero me limitaré a
uno, ya que quizás la victima aún vive. Los escasos hechos que relataré acaso
ayuden a su familia a salvarle. Un joven inglés ingeniero de radio llamado
Friend, tenia un hermano en Leningrado casado con una muchacha rusa. Era un
antifascista entusiasta y consideraba a la Rusia Soviética como la tierra de
promisión. Consiguió, después de muchos esfuerzos, ser admitido en la Unión
Soviética donde emplazó su residencia.
Al empezar la intervención soviética, fue desplazado a
España en calidad de técnico de radio. En los comienzos de 1937, el cuartel
general de la GPU en Moscú recibió uno
información que indicaba que Friend demostraba simpatías trotskistas. Yo conocí
al muchacho y no me cabe la menor duda de que sentía una verdadera, devoción
para la causa gubernamental y la Unión Soviética. Ciertamente, él se asoció con
socialistas y otros elementos radicales lo cual al fin y al cabo, era natural
para un joven que no estaba enterado de la invisible MURALLA CHINA que separaba
el personal ruso de los españoles.
Más tarde, pregunté a uno de los personajes de la GPU
en Moscú acerca del muchacho a lo que me
contestó con evasivas. Por otras investigaciones supe que Friend había sido
llevado a Odesa en calidad de prisionero. Se
me relató el engaño de que se le hizo objeto para cogerle. La GPU en
España le condujo a un barco ruso con la excusa de que se le necesitaba para
reparar el aparato de radio transmisor del vapor. Friend no sospechaba que la
GPU le iba a la zaga. Una vez a bordo fue detenido y el 12 de Abril fue puesto
en los calabozos de la GPU en Moscú. Hasta ahora su hermano de Leningrado y su
familia de Inglaterra ignoran su paradero. Nunca pude saber si había sido
fusilado « por espía » o si se le tenia en algún campo de concentración lejano.
Hubo un sinnúmero de desapariciones de índole
semejante. A unos se les raptaba y llevaba a la Rusia Soviética. A otros se les
asesinaba en España. Uno de los casos más espectaculares fue el de Andrés Nin,
jefe del partido revolucionario de Unión Marxista (P. O. U. M.). Nin era
trotskista y algunos años antes, un elemento activo del Komintern. Con un grupo
de compañeros, Nin se evadió de la cárcel donde había sido puesto por la GPU.
Sus cadáveres fueron hallados por una comisión de diputados del parlamento
inglés que fueron a España a efectuar investigaciones sobre su
desaparición [Las observaciones de
Krivitsky no coinciden con la realidad. Como es sabido, Nin no se fugó sino que
fue secuestrado por agentes del GPU y su cadáver nunca apareció]. Otro caso notable fue el del joven Smille
asesinado en una cárcel de GPU en España. Era hijo del famoso jefe laborista
inglés Robert Smille. Otro caso fue el de Camilo Berneri, intelectual
anarquista que se distinguía por su labor documental antimarxista.
La actuación de la GPU en territorio español era causa
de división en las filas antifascistas de la República Española. Empezaba ya el
declive de Largo Caballero y de sus compañeros, que todavía no se habían dado
cuenta de lo que significaba su colaboración con el Partido Comunista en el
frente único. El Presidente del Consejo de Ministros, Largo Caballero, no tenia
estómago para digerir el terror soviético que diezmaba su propio partido y
conmovía a sus aliados políticos. El gobierno autónomo de Cataluña se resistia
con uñas y dientes y con el beneplácito de Largo Caballero a la depuración de
la GPU. En España se incubaba una crisis interna.
En estos momentos yo recibía instrucciones con
regularidad para liquidar nuestro trabajo de compra y suministro de material de
guerra a España. Deliberadamente, nuestra ayuda se facilitaba en la medida
justa que permitiese sostenerse en los frentes. Ella se efectuaba a modo de
mazazo sobre la cabeza de Largo Caballero.
Desde Moscú, en donde se decidían los asuntos
interiores de España, veía yo como se desarrollaba la crisis en el campo
gubernamental y llegaba ésta a su punto álgido.
En marzo de 1937, leí un informe confidencial del
general Berzin al comisario de guerra Vorochilov, el cual fue asimismo leído
por Yezhov, nuevo jefe de la GPU. Tales informes eran naturalmente transmitidos
únicamente para Stalin, aunque iban dirigidos a mi superior jerárquico.
Después de darle una opinión optimista de la situación
militar y la del comandante en jefe, Generalísimo Miaja, Berzin le informaba de
los resentimientos y protestas que se producían en las altas esferas españolas
en contra de la GPU. Le manifestaban que nuestros agentes de la GPU
comprometían la autoridad del Soviet en España por interferencia y espionaje
injustificado en las dependencias ministeriales. Terminaba haciendo una demanda
enérgica para que Orlov regresara a España inmediatamente.
« Berzin tiene toda la razón » - fue el comentario que
me hizo Sloutski después de leer el informe. Sloutski, jefe del departamento
extranjero de la GPU, se daba cuenta que nuestros hombres se conducían en
España como si estuvieran en país conquistado, llegando a tratar a los jefes
políticos españoles como seres inferiores. Al preguntarle si se podía hacer
algo para hacer regresar a Orlov, Sloutski me dijo que ello era de la
competencia de Yezhov.
Yezhov, como gran mariscal de la inmensa depuración
que aquel entonces se llevaba a cabo miraba a España como si fuera una
provincia rusa.
Además, los compañeros de Berzin en el Ejército Rojo
iban siendo detenidos por toda la Unión Soviética, no estando su propia vida
más segura que la de otro cualquiera. La desaparición de sus camaradas en las
redes de la GPU significaba que su informe habría sido visto con sospecha en el
Kremlin.
LA APISONADORA MOSCOVITA
En abril,
Stashesvky llegó a Moscú para informar personalmente a Stalin de la
situación en España.
Slashevsky aunque Stalinista de cuerpo y alma y
afiliado incondicional del partido ortodoxo, también consideraba que la
conducta de la GPU en los ámbitos gubernamentales era un error. Al igual que el
general Berzin, era opuesto a una depuración en España hecha al estilo ruso.
Stashevsky no perdonaba a los disidentes o trotskistas
de Rusia por lo que aprobaba los métodos de la GPU al encararse con aquellos,
si bien era de opinión que la GPU no debía meterse con los partidos políticos
serios de España. Con precaución insinuó que Stalin podía acaso cambiar la
política de la GPU con respecto a España. El gran amo de Rusia parecía estar de
acuerdo con él y Stashevsky salió del Kremlin enteramente satisfecho.
Stashesvky y yo sostuvimos varias conversaciones, él
esperaba la caída próxima de Largo Caballero y la subida de Negrín al poder, el
hombre que él había apadrinado. « Grandes sucesos nos esperan en España », -
hizo resaltar más de una vez.
Era evidente para algunos de nosotros que en España
iban a desarrollarse acontecimientos de la mayor importancia. El plan de Stalin
había progresado lo suficiente para hacer de España un vasallo del Kremlin y
estaba ahora en condiciones para darle otro empujón. El Komintern iba
desapareciendo del ambiente. Berzin mantenía en sus manos el control del
Ejército Español. Stashevsky había transferido la mayor parte de la reserva oro
del Banco de España a Moscú. La GPU marchaba a todo gas. La intervención rusa
procedía de acuerdo con la consigna de Stalin : « Mantenerse fuera del alcance
del fuego de la artillería. » Hasta este momento habíamos evitado los riesgos
de una guerra internacional. El objetivo de Stalin parecía estar a su alcance.
El obstáculo grande que se le interponía en su
camine era Cataluña. Los catalanes eran
antistalinistas y además constituían uno de los principales puntos de apoyo de
Largo Caballero. Para conseguir el control absoluto Stalin tenia todavía que
poner a Cataluña bajo su dominio y echar a Largo Caballero.
Stalin había designado a la GPU la labor de elevarle a
la cumbre de España. Esto me fue revelado en un informa procedente de uno de
los jefes de los grupos anarquistas rusos de Paris que era un agente secreto de
la GPU. A éste se le había enviado a Barcelona, en donde, por tratarse de un
destacado anarquista gozaba de la confianza de los anarcosindicalistas del
gobierno autónomo. Su misión era la de actuar como agente provocador para
incitar a los catalanes a lanzarse a actos que justificaran la intervención del
ejército a manera de sofocar una revuelta en la retaguardia.
Su informe se componía de treinta páginas por lo
menos. Como todos nuestros informes secretos, había sido transcrito en rollos
diminutos de película fotográfica. En el cuartel general de Moscú existe un
departamento especial provisto de los aparatos norteamericanos más modernos
para revelar y ampliar esa clase de películas. Cada página de informe era
impreso en un negativo ampliado.
El espía anarquista, informó detalladamente de sus
entrevistas con los distintos jefes del partido de cuya confianza gozaba y de
las medidas que había tomado para inducirles a cometer actos que fueran una
excusa para la GPU para aniquilarles. Tenia la seguridad de que pronto habría
una revuelta en Barcelona.
Se recibió otro informe de José Díaz, jefe del Partido
Comunista Español y dirigido a Dimitrov, secretario del Komintern. Dimitrov lo
envió inmediatamente al cuartel general de la GPU puesto que él sabia bien
desde hacia tiempo quien era su verdadero amo. Díaz acusaba a Largo Caballero de
ser un soñador y amigo de hacer frases, que nunca llegaría a ser un aliado de
confianza de los stalinistas y ensalzaba a Negrín. Seguidamente describía el
trabajo que hacían los comunistas entre los socialistas y los
anarcosindicalistas para minar su fuerza en el interior de sus organismos.
Estos informes mostraban claramente que la GPU tramaba
aplastar los elementos « incontrolables » de Barcelona y conseguir para Stalin
el control de la situación.
LAS JORNADAS DE MAYO DE BARCELONA
El 2 de mayo, Sloutski me telefoneó al Hotel Savoy en
donde me hospedaba y me pidió que fuera a ver un destacado comunista español
llamado García. Este era jefe del servicio secreto del gobierno de la República
cuya sede estaba entonces en Valencia. Había sido enviado a Rusia para asistir
a la celebración del primero de Mayo. Debido a la depuración que se efectuaba
en aquel entonces, se había diferido la transmisión de un telegrama anunciando
su llegada. Por este motivo nadie fue a esperarle, encontrándose completamente
solo en el lejano hotel Nuevo Moscú. Sloutski, me pidió que excusara la
negligencia lo mejor que pudiese.
Con otro camarada fui a visitar a García
encontrándonos frente a un hombre de aspecto fuerte y pulcro y de unos treinta
años. García me dijo que su buen amigo Orlov había tenido la delicadeza de
proporcionarle estas pequeñas vacaciones en la capital soviética..
« Me ha gustado venir », - me dijo, - « pero nadie
vino a recibirme y no pude obtener un pase para entrar a la Plaza Roja el dia
primero de Mayo. Todo lo que he podido ver de la revista fueron simples ojeadas
a través del río desde esta ventana. »
Dimos las excusas de rigor al camarada García y lo
llevamos a cenar al Savoy. Hizo resaltar que los trabajadores soviéticos, a
juzgar por su aspecto en la calle, estaban en peores condiciones que los
trabajadores españoles aún durante la guerra civil. También había observado
escasez de suministros y me preguntó por que el gobierno soviético no había
conseguido elevar el estándar de vida de las masas.
Cuando vi a Sloutski le pregunté - « ¿Por qué motivo
se trajo aquí a ese español ? - « Orlov se lo quiere quitar de encima » - dijo
Sloutski. « Debemos hacer que se divierta aquí, hasta fines de mayo. »
Habiendo leído los informes ni siquiera pregunté lo
que Orlov se proponía hacer en mayo. Las noticias de Barcelona produjeron
sensación en todo el mundo. Los titulares de los periódicos anunciaban con
grandes títulos: REVUELTA ANARQUISTA EN BARCELONA.
Los corresponsales telegrafiaban la noticia de una
conspiración antistalinista en la capital de Cataluña, la lucha por la
telefónica, tanques, tiroteos y tumultos en las calles, barricadas, fusilamientos.
Hasta hoy, las jornadas de mayo en Barcelona aparecen en la historia de
nuestros días como una guerra fraticida entre antifascistas mientras Franco
atacaba en el frente. Según los partes oficiales, los revolucionarios catalanes
pretendían conquistar alevosamente el poder en el preciso momento que se
necesitaba de todas las energías para
resistir al fascismo. La versión dada a la prensa de la tragedia de Barcelona v
de la que todo el mundo se hacia eco es de que se trataba de una rebelión hecha
por algunos elementos incontrolables que se habían introducido en las avanzadas
del partido anarquista, con el fin de provocar disturbios en favor de los
enemigos de la República.
ESCENIFICACION DE UNA REVUELTA
Lo absurdo de este informe salta de inmediato a la
vista. Los revolucionarios catalanes controlaban ya al gobierno. ¿ Por qué
habían de « pretender conquistarlo » ?
El hecho es de que la revuelta de Barcelona era una
conspiración fraguada con éxito por la GPU. La lucha empezó por un ataque a la
telefónica dirigido por los agentes de
la GPU. A ello siguieron cinco sangrientos días; hubo más de quinientos muertos
y más de mil heridos. Por esta operación la GPU convirtió a Cataluña en una
cuestión de vida o muerte para el gobierno de Largo Caballero.
Después de los sangrientos sucesos de Barcelona, los
comunistas españoles, dirigidos por Díaz, pidieron la supresión de todos los
otros partidos y organizaciones obreras de Cataluña; poner los periódicos,
emisoras y lugares de-reunión política o mítines, bajo la GPU y la inmediata y
completa eliminación de todo movimiento antistalinista en territorio
gubernamental.
Largo Caballero no quería ceder a esas demandas y el
dia cinco de mayo se vio obligado a dimitir. El Dr. Juan Negrín advino
presidente del nuevo gobierno, tal como lo había planeado Stashevsky. Su
gobierno fue llamado el gobierno de la victoria. Negrín estuvo en el poder
hasta el colapso del ejército gubernamental, en marzo de 1939.
Al enterarse García de lo que ocurría en Barcelona,
vino corriendo a verme en un estado de gran excitación. Había ya estado en la
embajada española. Quería regresar inmediatamente a España. No podía comprender
el por que no podía marcharse. Pero Sloutski no podía permitirle partir; Orlov
en Barcelona no quería verle por allí. Verdaderamente, García era un comunista
prominente pero que podría causar trastornos. La GPU en Barcelona hacia
miles de prisioneros. Sloutski ofreció a
García un viaje al Caucaso y a Crimea, insistiendo que el gobierno del Soviet
quería que lo visitara todo. Pero García quería volver a casa. Pero, naturalmente,
no regresó..
En la embajada española García hizo relación, con
otros cuatro españoles que también querían volver a casa. A estos cuatro se les
había facilitado dos grandes habitaciones en el hotel Metropol. Se les llevó a
visitar todos los museos de Moscú centro v alrededores de la capital. Habían
estado en Crimea, en el Cáucaso, en Leningrado y hasta en la represa de
Nieprostrou. Habían permanecido en la Unión Soviética durante cinco meses.
Diariamente iban a la embajada española para saber
noticias de España y trataban de que se les devolvieran sus pasaportes a fin de
poder conseguir el permiso para regresar a su país. Hablando con ellos sospeché
que se daban cuenta de que eran prisioneros. Su gobierno no les podía prestar
ayuda, alguna, puesto que el amo de su gobierno era Stalin. Pregunto a Sloutski
quienes eran.
« Estos cuatro - dijo - son cajeros del Banco de
España. Vinieron con el cargamento del oro. Se han pasado tres meses día y
noche contándolo y repasando las cifras. Y ahora quieren volver a casa. »
Añadió que podían darse por muy satisfechos si alguna vez regresaban.
Con anterioridad había visto en la prensa de Moscú una
lista de altos empleados que habían sido
agraciados con la orden de la Bandera Roja. Entre ellos había algunos
nombres que mc eran familiares. Se me ocurrió preguntar a Sloutski, cual era el
servicio tan meritorio que habían realizado para otorgarles estas codiciadas
condecoraciones. Me contestó que los hombres objeto de dicha distinción habían
sido los jefes de un grupo especial de treinta agentes declarados y de
confianza quienes durante el mes de diciembre habían sido enviados a Odesa para
trabajar en calidad de trabajadores del muelle.
Una enorme cantidad de oro había llegado a Odesa
procedente de España. Stalin no confiaba a nadie sino a los más altos empleados
de su policía secreta el trabajo de descargar el precioso metal, por miedo de
que no se supiera una palabra de ello. Encargó a Yezhov que personalmente
seleccionase_ los hombres para dicho cometido. Toda la operación se llevó a
cabo con tal extraordinario secreto que ésta fue la primera vez que yo supe de
ella.
LA COSECHA DORADA
Uno de mis camaradas que había formado parte de esta
expedición excepcional, me describía la escena de Odesa. Toda la vecindad del
muelle había. sido evacuada y rodeada de cordones de tropas especiales. Por
entre ese espacio desocupado que va del muelle a la línea de tren, los más
altos empleados de la GPU habían transportado los cajones de oro sobre sus
espaldas. Durante días y días estuvieron haciendo el traslado del oro
colocándole en vagones de carga que fueron luego conducidos a Moscú bajo
escolta.
Intentó darme un cálculo de la cantidad de oro que
habían descargado en Odesa mientras atravesábamos la enorme plaza Roja. Me
señaló una superficie de varios acres de terreno a nuestro alrededor y dijo : «
Si todas las cajas de oro que apilamos en los almacenes de Odesa se colocasen
una al lado de otra en esta plaza la cubrirían de uno a otro extremo. »
El tesoro que Stalin obtuvo en España se eleva con seguridad
a cientos de millones de dólares, tal vez a quinientos. Poco después de la
caída de Largo Caballero estaba yo sentado en la oficina de Slouski cuando sonó
el teléfono. Era una llamada de la Sección Especial. Querían saber si la señorita Stashevsky había
salido de la Unión Soviética.
Sloulski que era amigo de Stashevsky y su familia,
quedó preocupado. Por otro teléfono llamó al Departamento de Pasaportes. Cuando
colgó el receptor suspiró tranquilamente. La señorita Stashevsky había pasado
la frontera y pasó esta información a la Sección Especial.
Los dos sabíamos que dicha llamada no significaba nada
bueno para Stashevsky. Se había reintegrado a su puesto de Barcelona y Regina,
su esposa, estaba en Paris trabajando en
el pabellón soviético de la exposición. Stashevsky lo había dispuesto todo para
que su hija, de 19 años, se fuera con su madre para trabajar juntas. La
muchacha llegó a Paris al cabo de un mes, en Junio recibió instrucciones de
regresar a Moscú llevándose consigo ciertos objetos exhibidos en el pabellón
soviético. Sin sospechar nada regresó a la Unión Soviética donde quedo en
rehén respondiendo por su padre.
Al mismo tiempo, se ordenó a su padre que regresase de
España. Esto era en Julio de 1937. Yo me encontraba de regreso en París. Estuve
constantemente telefoneando a la señora Stashevsky para saber cuando llegaría
su esposo. Un día me dijo que él y el general Berzin se habían encontrado, pero
fue solamente el tiempo justo que media entre la llegada y salida de trenes
continuando él hacia Moscú a toda prisa. Ella no podía disimular su ansiedad.
En el mes de Junio, Stalin había barrido casi todo el alto mando del Ejército
Rojo con el mariscal Tujachevsky a la cabeza.
La depuración soviética era una monstruosidad enorme
de dimensiones inimaginables.
A la señora Stashevsky la veía constantemente. No
tenia noticias de su hija ni de su esposo. Empezó por telefonear a su casa de
Moscú. Sabia que si ellos no estaban algún amigo estaría en ella. Durante
algunos días y noches hizo llamar constantemente desde su casa a conferencia
telefónica. La respuesta era siempre la misma : « No contestan. »
Dos semanas pasaron sin noticias. A primeros de
agosto, la señora Stashevsky recibió una nota lacónica de su esposo pidiéndole
que lo empaquetara todo y- regresara a Moscú. Después de sus llamadas
telefónicas comprendía ella que indudablemente la carta habia venido de la
cárcel. Lo empaquetó todo y regresó a la Union Soviética a juntarse con todo lo
que le quedaba en este inundo.
El general Berzin también desapareció. El fusilamiento
de los jefes del alto mando del Ejército Rojo le auguraron mala suerte. Al
igual que Stashevsky, Berzin, había estado intimamente relacionado con los
comisarios y generales depurados, desde el comienzo de la revolución soviética
hace cerca de veinte años. Contra este hecho, sus éxitos en España y su
rigurosa y obediente lealtad de nada le valieron. Hasta hoy, Berzin figura
entre el gran número de jefes soviéticos que han desaparecido y cuyo destino
uno puede solamente suponerse pero, acaso, no saberse nunca de cierto.
En aquel entonces, en el verano de 1937, precisamente
cuando parecía conseguido su objetivo en la lejana España, el Japón arremetió
contra China. La amenaza contra la Unión Soviética en Extremo oriente se hizo
alarmarte. Las fuerzas japonesas tomaron Peiping, bombardearon Shangai,
avanzaron hacia Nankin. El gobierno de Chang-Kai-Chek hizo la paz con Moscú y
solicitó la ayuda soviética.
EL ECLIPSE RUSO
Simultáneamente, las potencias fascistas se volvieron
más y más agresivas en el Oeste. Italia y Alemania intervinieron descaradamente
en favor de Franco. La situación militar de la República Española se agravó
progresivamente. Si Stalin fuera a capitalizar sus éxitos en España, tendría
que rendir todo el esfuerzo necesario para poder derrotar a Franco y sus
aliados. Ahora quería menos que nunca arriesgarse a una mayor contienda. Desde
el comienzo de esa aventura el lema por el anotado había sido « Mantenerse
fuera del alcance del fuego de la artillería ». Esta consigna se hizo más
imperativa después de la invasión de China por el Japón y sus amenazas en la
frontera siberiana.
El rol de Stalin iba eclipsándose. Stalin había
intervenido con la esperanza de que podría con la ayuda de un régimen español
de vasallaje, construir un puente desde Moscú a Londres y París. Fracasó su
maniobra. Leon Blum y Anthony Eden dimitieron. Paris y Londres adoptaron una
actitud más amistosa hacia Franco. En 1938 Stalin se retiró gradualmente del circulo
de acción de España. Todo lo que obtuvo de su aventura fue el oro español. No
había podido conseguir su objetivo primordial de sacar la nave del Estado
Soviético de su aislamiento de entre las grandes potencias del mundo.
Edición digital de la Fundación Andreu Nin, abril 2007
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